Si se divorcia, ¿Tiene que vender su casa? Pueden surgir muchas problemáticas a la hora de repartir equitativamente el valioso patrimonio, sobre todo si el divorcio no es amistoso. Es por esta razón que la mayoría de las parejas asumen que vender la casa es la mejor opción. Sin embargo, hay múltiples factores que deben tenerse en cuenta antes de poner una casa en venta como parte de una separación legal. Aquí le presentamos algunas preguntas a considerar si usted está tratando de decidir si debe vender su casa como parte de un divorcio.
Pregunta 1: ¿Compró la casa antes de casarse?
Este punto es importante, ya que, en la mayoría de los estados, si una casa se compró durante el matrimonio se considera un bien conyugal y, por lo tanto, debe dividirse en partes iguales. En el caso de que la vivienda se haya comprado por una persona antes del matrimonio, la determinación de la propiedad se complica.
A menos que los términos de la propiedad se aborden en un acuerdo prenupcial, ambos cónyuges pueden tener un derecho sobre la casa, sobre todo si ambos contribuyeron a los pagos de la hipoteca, los servicios públicos y otros gastos recurrentes. Si hay alguna duda sobre la propiedad, un abogado inmobiliario puede ayudar a resolver los detalles.
Pregunta 2: ¿Qué otros bienes están involucrados?
Si tiene otros bienes importantes desde el punto de vista económico, puede que no sea necesario que la pareja que se divorcia venda su casa. En su lugar, uno de los ex cónyuges puede ceder otros activos, de modo que uno de ellos conserve la propiedad de la vivienda y el otro reciba un equilibrio equitativo en forma de otros activos compartidos, como vehículos, acciones, bonos y cuentas bancarias.
Pregunta 3: ¿Es un buen momento para vender la casa?
Tenga en cuenta que la venta de la vivienda conyugal no debe estar determinada únicamente por las circunstancias personales. Siempre hay que tener en cuenta el mercado y las condiciones de la hipoteca para decidir si es un buen momento para vender. Un agente inmobiliario puede proporcionarle una estimación de por cuánto puede venderse su casa. Puede tener más sentido, desde el punto de vista financiero, esperar hasta que el mercado sea más favorable para los vendedores si piensa que lo que le ofrecen es muy poco. Del mismo modo, si el mercado está en alza, esto puede beneficiarlo a usted y a su ex.
Dejando a un lado el mercado, en la mayoría de los casos se recomienda aplazar la venta de una casa si se compró en los últimos dos años. Durante estos primeros años, una gran parte de los pagos mensuales se destina a pagar intereses, no al saldo principal, por lo que no tendrá mucho capital. A menos que haya realizado pagos adicionales directamente al saldo principal, es posible que deba más de lo acordado por su vivienda, lo que les dejaría a usted y a su cónyuge debiendo dinero en lugar de recibirlo.
Pregunta 4: ¿Se beneficiaría su familia de la copropiedad tras el divorcio?
Puede suceder que algunas parejas divorciadas deciden no vender su casa y mantener la copropiedad. Si ambas partes lo ven como una inversión financiera pueden decidir mantenerlo como una propiedad de ingresos, dividiendo las responsabilidades y los ingresos obtenidos. En este caso, es importante establecer las condiciones mediante un acuerdo legal.
En otros casos, hay parejas que optan por conservar conjuntamente una vivienda si comparten la custodia de los hijos. Incluso en las situaciones más amenas, los divorcios pueden ser traumáticos para una familia. Una pareja que comparta la custodia de los hijos hasta que éstos hayan crecido puede aportar estabilidad en una situación que, de otro modo, sería tumultuosa. En este acuerdo, la pareja puede decidir turnarse para vivir en la casa o una persona conservará la residencia principal mientras la otra compra otra casa.
Una alternativa a la venta de la vivienda en un divorcio
Si al responder a las preguntas anteriores se ha dado cuenta de que vender su casa no es una decisión óptima ni para usted ni para su ex cónyuge, hay otra forma de gestionar equitativamente los bienes compartidos durante un divorcio: comprar la casa del otro cónyuge. Esta puede ser una gran alternativa si uno de los cónyuges tiene un fuerte apego emocional a la casa, o si la ubicación es conveniente para su trabajo o la escuela de sus hijos.
La forma más sencilla es que el cónyuge comprador pague al otro la mitad del valor de mercado de la vivienda. El comprador debe tener suficiente dinero en efectivo a mano para pagar al otro (o la capacidad de obtener un nuevo préstamo para hacerlo) y mantener los pagos de la hipoteca sólo con sus ingresos.
Los bienes no son lo único que hay que repartir
Tenga en cuenta que las parejas que se divorcian también pueden tener que lidiar con deudas compartidas, dependiendo del estado en el que vivan. Eso, sumado a los costos legales, puede hacer que los ex cónyuges necesiten reconstruir sus finanzas.
Obtenga más información sobre cómo afrontar el divorcio y las deudas y qué puede esperar. ¿Tiene alguna pregunta urgente? Póngase en contacto con un experto en reducción de deudas hoy mismo.
