Ft. Lauderdale – Los estadounidenses están incrementando el total de sus deudas y sus cuerpos están reaccionando al estrés. Los consumidores tienen más de $880.50 mil millones de dólares en deudas de tarjetas de crédito y las cuentas de tarjetas de crédito que tienen más de 30 días de retraso eran de 2.52% de interés en septiembre de 2014.
Un tercio de los estadounidenses están perdiendo el sueño debido al estado de la economía estadounidense y otras preocupaciones financieras personales, según la encuesta sobre el sueño de la National Sleep Foundation en America™. Académicos y expertos en negocios se unieron para escribir un informe sobre la conexión entre la deuda y el estrés. Los resultados fueron sorprendentes: uno de cada cuatro trabajadores estadounidenses está estresado por sus circunstancias financieras. Estar estresado por la deuda sólo agrava una mala situación. Se observó que los trabajadores estresados tienen menos probabilidades de rendir bien en el trabajo porque constantemente reflexionan sobre su mala situación financiera en lugar de trabajar.
Lo más importante que la gente puede hacer para aliviar el estrés de la deuda es enfrentar el problema.
«No ignore la deuda; sáquela a la luz del día. Hable con su familia sobre cómo comenzar a devolver el dinero que se debe, no use tarjetas de crédito como salvavidas y hable con un profesional financiero», aconseja Howard Dvorkin, CPA y Presidente de Debt.com.
Consejos de Debt.com para manejar el estrés de la deuda:
- Muchas personas equiparan la deuda con el fracaso y esto produce más estrés. Comprométase a pagar por lo menos las cantidades mínimas de las facturas y establezca metas para cada deuda a pagar.
- Aprenda del pasado, manténgase alejado de las cosas que son fuentes de estrés, como las tarjetas de crédito, los gastos excesivos, la autoestima e incluso quizás un grupo de personas que no arrojan una luz positiva sobre las circunstancias.
- No piense en el peor de los casos. Esto puede causar lo que algunos en el campo médico llaman «catastrófico». El cuerpo de una persona no sabe la diferencia entre imaginar una situación y la realidad. Cuando una persona piensa que lo peor va a pasar, hace que su cuerpo produzca más adrenalina, lo que a su vez genera más estrés. La gente necesita mantenerse positiva y apegarse al plan – y mirar hacia adelante hacia las metas.
