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¿Es cierto que la deuda causa enfermedad mental?


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Nota del editor: Esta es la Semana Nacional de Prevención del Suicidio. Dos causas frecuentes de suicidio son la depresión y la deuda. Si se combinan las dos, son aún más letales. Aquí le damos un vistazo más de cerca: acerca de qué puede hacer, si esta combinación le afecta a usted, o a alguien que ama.

Hace dos años, Kelsey Bell tuvo un ataque de pánico en su automóvil en algún lugar de la Interestatal 55 fuera de Chicago.

Ella detuvo su Chevy Sonic 2012 debajo de un paso elevado. No recuerda exactamente dónde estaba, pero sí, haber visto la serpiente de juguete que guarda en su tablero.

¿Por qué me siento así? ¿Qué pasa conmigo?

Sintiéndose como si estuviera sofocada, salió del automóvil, se dirigió a un campo cercano y llamó al 911. Una ambulancia la llevó al hospital más cercano. Poco después, fue diagnosticada con trastorno bipolar.

«Ese fue mi punto de ruptura. En cierto modo, me salí de control muy rápidamente», dice Bell, una joven de 24 años de St. Louis. «A pesar de que ahora mirando hacia atrás, parecía que llevaba mucho tiempo conduciéndome a eso, en ese tiempo, sentí que estaba bien».

Una señal de que ella no estaba bien, era: cómo manejaba el dinero.

«Estuve gastando mucho en festivales de música y conciertos, así fue como vi amigos en todo el país y pude encontrar un tema general en mi vida», recuerda Bell. «También viajaba para tener un lugar donde quedarme, y eso me hacía muy feliz. «

Pero los gastos, y la ansiedad que surgieron, se acumularon. Ella no estaba avanzando, y la felicidad no duró.

«Eventualmente, todo tipo de cosas ya no importaba. No fue una inversión en mí misma, no era forma de comenzar a enfrentar mis deudas. Fue solo un mecanismo de supervivencia», dice Bell.

Aproximadamente uno de cada cinco adultos estadounidenses, o alrededor de 45 millones de personas, sufre algún tipo de enfermedad mental, de acuerdo con la Administración Federal de Servicios de Salud Mental y de Abuso de Sustancias (SAMHSA, por sus siglas en inglés). Y muchos más trabajadores estadounidenses tienen deudas: el 71 por ciento, según la investigación de Harris Poll.

Esa puede ser una combinación tóxica. Sin embargo, según Bell y los expertos en salud mental, el dinero rara vez es un tema que se trate en la terapia, y Bell dice que debería serlo. De hecho, ella es una productora de medios que narró sus sentimientos sobre la deuda y la depresión…

Un problema invisible

«Es realmente molesto y exasperante para mí, que la gente no hable tanto de esto. La gente no habla, en primer lugar, de cómo los problemas de salud mental son algo con el que todos lidian», dice Bell.

«La segunda parte, es el hecho de que su situación financiera es enorme. Parte de la razón por la que me endeudé hasta el momento, y cómo mi estabilidad mental contribuyó a eso, fue porque nadie me habló nunca acerca de eso».

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Eso incluye a Bell misma, quien ha estado trabajando para cambiar eso. Antes de su diagnóstico, Bell era la envidia de todos sus amigos. Sin sentir que encajaba en la universidad, la dejó para trabajar por su cuenta (freelance) viajando. Y desde afuera, ella parecía tremendamente exitosa y feliz.

Contando con un flujo constante de obras de arte y diseño desde cafeterías y su automóvil (todavía maneja el mismo vehículo Sonic negro berlina -con tres años de pagos por delante), Bell nunca se quedó en un lugar por más de un par de semanas. Ella trazó su rumbo según fuera el próximo festival de música, y mientras los perseguía por todo el país, hizo planes para comenzar su propio negocio.

«Tener dinero y no tener suficiente … crea mucho estrés [que] no queremos admitir».

—Dr. Steven Ronik, Henderson Behavioral Health

Pero en el fondo de su mente, tener tantas personas animando su estilo de vida, era profundamente incómodo. En algún nivel, Bell reconoció que estaba gastando imprudentemente, y sabía que sus préstamos estudiantiles probablemente ya no estarían en prórroga.

Al igual que muchas personas, se sintió abrumada: no estaba segura sobre qué más podía hacer, ni siquiera de cómo hablar acerca de ello. Así que Bell ignoró eso y continuó, incluso comprando boletos para un concierto en la República Dominicana cuando no podía pagar un vuelo para llegar allí; hasta que tuvo un ataque de nervios genuino.

«Fui a visitar a mi familia y viajar, lo cual era normal para mí», recuerda Bell. Una de sus antiguas maestras de secundaria incluso la había invitado a venir a enseñar un curso de diseño mientras estaba en la ciudad. «Pero había llegado al punto en que tenía miedo de hacer cualquier cosa».

Las cosas podrían haber sido diferentes si la deuda y la salud mental no fueran tan tabú.

«Debido al dinero, y al hecho de no tener suficiente cantidad, las personas pueden avergonzarse de eso», dice el Dr. Steven Ronik, director ejecutivo de Henderson Behavioral Health, con sede en el sur de la Florida. «Crea mucho estrés que no quieren admitir».

El proveedor de atención comunitaria sin fines de lucro que dirige, ha existido por más de 60 años y ha ayudado a 30,000 personas de todas las edades cada año, con empleo, personas sin hogar y tratamiento médico y de salud mental.

«Si usted es joven, y está saliendo adelante, y sus pares están bien económicamente, es posible que se sienta presionado para seguirles el ritmo», dice Ronik. «Y eso podría precipitar efectuar gastos excesivos para mantener ese estilo de vida, sin admitir que tiene menos ingresos, por lo cual debería ser más frugal y más considerado».

Dinero, estrés, estigma

No hace falta decir que esas personas no creen que puedan darse el lujo de buscar ayuda, y que no decirlo, es parte del problema.

Más de las tres cuartas partes de los trabajadores estadounidenses viven de cheque de pago en cheque de pago, de acuerdo con la investigación de Harris Poll. Un número similar, admite que está endeudado, y más de la mitad cree que siempre lo estará.

Como sucedía con Bell, todos los días son malos, por no poder permitirse el lujo de vivirlo. Podría ser un desastre natural, un accidente automovilístico, o una lesión repentina, o bien una enfermedad grave. La mayoría de los estadounidenses no tienen suficientes ahorros para cubrir incluso un mes de gastos normales, de acuerdo con un gran estudio realizado por Pew Charitable Trusts.

Entonces, incluso si no somos tan aventureros, la mayoría de nosotros puede relacionarse con vivir sin ninguna seguridad financiera, y sin tener ni idea de cómo solucionarlo. Los expertos incluso tienen un término para esa condición: «fragilidad financiera».

«Cuando estaba en tratamiento, la deuda siempre estaba en el fondo de mi mente»

—Kelsey Bell, 24

Y la peor parte, no es que no estemos equipados para lidiar con eso. Es que nadie sabe cómo hablar de dinero. Incluso los profesionales.

Mientras estaba en el hospital, y con el tratamiento posterior, Bell dice que nadie le habló de dinero.

«Cuando estaba en tratamiento, la deuda siempre estaba en el fondo de mi mente, lo último en lo que yo quería pensar, y lo último que a alguien le pudiera importar, incluido mi médico y terapeuta», dice.

No es solo un problema para la generación Millenials, con préstamos estudiantiles o personas con trastornos mentales diagnosticados. La encuesta de la Asociación Estadounidense de Psicología realizada en 2017 sobre el estrés, encontró que el «dinero» está ligado a la principal fuente de estrés entre todos los estadounidenses, superando al del trabajo, la política y la «violencia y el crimen».

Una de las mayores preocupaciones: el costo del seguro de salud, en donde el estudio encontró que estresa a dos tercios de los estadounidenses a través de todos los niveles de ingresos. La falta de acceso a la atención de salud mental también es particularmente estresante para la mayoría de la generación Millenials, para aproximadamente la mitad de la Generación X y para más de una cuarta parte de los Baby Boomers.

Es un doble golpe: el estrés financiero es parte del problema, y también evita afrontar un tratamiento. Pero a pesar de eso, pocas personas están dispuestas a hablar sobre problemas financieros, o sobre su salud mental.

Tratando el silencio

Los estigmas que rodean a las enfermedades mentales y al dinero, pueden alimentarse mutuamente. Los expertos han encontrado una relación definida entre el estrés financiero, especialmente la deuda, y la salud mental. Pero todavía no hay una clara causa y efecto.

Hace unos años, investigadores británicos llevaron a cabo un gran estudio meta- análisis que estudió y resumió 65 artículos científicos anteriores sobre la salud mental (a menudo, la depresión) y el dinero. Se encontró que menos del 9 por ciento de los participantes del estudio sin enfermedad mental, estaban endeudados, mientras que más del 25 por ciento con enfermedad mental, sí estaban endeudados. Es decir: las personas con deudas, tienen casi tres veces más probabilidades de tener una enfermedad mental.

«Es difícil decir qué causa qué, en esta etapa», concluyó el psicólogo Thomas Richardson, investigador principal de la Universidad de Southampton. «Podría ser que la deuda conduzca a una peor salud mental debido al estrés que causa. También puede ser que las personas con problemas de salud mental sean más propensas a la deuda debido a otros factores, como el empleo errático».

«Igualmente podría ser ambas cosas», agregó. «Por ejemplo, las personas que están deprimidas pueden tener dificultades para hacer frente a la situación financiera y endeudarse, lo que los lleva a una depresión más profunda».

Él tiene consejos para abordar el problema: necesitamos hablar más sobre eso, estudiarlo más, y los profesionales deben tomar la iniciativa. «Los consejeros de deuda deberían considerar preguntar sobre la salud mental cuando hablan con miembros del público», dice Richardson. «De manera similar, los profesionales de la salud mental, deberían asegurarse de preguntar si sus pacientes están endeudados».

«Las personas que están deprimidas pueden tener dificultades financieras y endeudarse, lo que los lleva a una depresión más profunda»

—Dr. Thomas Richardson, University of Southampton

Los profesionales que se hacen cargo, podrían ayudar mucho a aliviar esa ansiedad, que según Steven Ronik puede ser un problema de salud por sí mismo.

«Un ejemplo extremo y traumático de esto, es cuando las personas tienen una afección médica general y se enferman o son hospitalizados, y tienen repetidas citas ambulatorias», dice el Dr. Ronik. «Lo que generalmente ocurre, debido a copagos o a seguros insuficientes, o a la falta misma de seguro, que las personas se preocupan por su deuda, y eso puede crear ansiedad y estrés por sí mismo, y sabemos que el estrés emocional y la ansiedad, pueden agravar las condiciones de salud física».

Ronik dice que ha visto que el «considerable estigma» en torno a la salud mental comienza a desvanecerse. Él piensa que las celebridades extrovertidas han marcado una gran diferencia.

«La gente a la que la que el público en general admira, ayuda. Bruce Springsteen en su autobiografía habló sobre varios episodios de depresión mayor y de ir a terapia, y esas revelaciones valientes pueden ser poderosas para erosionar el estigma «, dice Ronik. «Hemos tenido muchas celebridades y campeones para la salud mental».

También citó la Fundación Born This Way de Lady Gaga, dedicada «específicamente e intencionalmente, a promover la conciencia y el bienestar de la salud mental para los jóvenes». Gaga ha sido elogiada por revelar su diagnóstico de trastorno de estrés postraumático y promover la salud mental.

«Fundamentalmente incorrecto»

Incluso si no conocemos la conexión precisa entre la deuda y la enfermedad mental, sabemos que ambos problemas afectan a millones de personas. Y esas personas necesitan soluciones que puedan afrontar, según Ronik.

«Sin actuar de manera demasiado política, esa es la razón por la que la cobertura del seguro de salud debería ser un derecho y no un privilegio para unos pocos. Casi todo el mundo industrializado lo ve de esa manera,» dice Ronik. «Desafortunadamente, los EE. UU. continúan teniendo millones de estadounidenses que evitan la atención y no hacen un seguimiento de la atención y las recetas recomendadas, porque no pueden pagarla.»Hay algo fundamentalmente equivocado y perverso en eso.»

La terapia en particular es bastante costosa, dice Kelsey Bell. Ella todavía está pagando su deuda médica de hace dos años, junto con sus préstamos estudiantiles, que había incumplido después de ser hospitalizada. Ella no pudo encontrar una manera de pagar por la continuación de la terapia. Ella dice que le hubiera gustado, «pero mi seguro de salud no iba a cubrir ni la mitad».

«Necesitaba mucha ayuda para volver a la vida normal, pero después de eso me resultó demasiado costoso continuar la terapia y recibir un tratamiento regular», ella dice. «A medida que fui mejorando, en cierto modo me separé de él, porque la porción financiera era una gran parte de mi problema. Nadie me iba a dejar ser su paciente habitual sin registrarme en un gran programa y pagarlo por adelantado»

«La cobertura del seguro médico debe ser un derecho, no un privilegio»

—Dr. Ronik

Ella intentó la terapia de grupo, que sí podía pagar, pero la encontró mucho menos efectiva. Era demasiado amplia y, según ella, no era algo que pudiera usar por sí sola como alternativa más barata.

«Le preguntaban regularmente a los pacientes: ‘¿Siente vergüenza? ¿Siente inutilidad?’», recuerda. «Las palabras son así, cuando me siento abrumado por la deuda, esos son los tipos de emociones que siento. ¿Cuánta vergüenza siente cuando sus préstamos estudiantiles están en mora (default)? «

«Creo que, si se queda sin alguien que pueda ayudarle a darle sentido, eso haría que se sientiera peor», agrega.

Obtener ayuda que puede pagar

El Dr. Ronik dice que existen recursos de salud mental para personas sin dinero o seguro, pero que pueden ser difíciles de encontrar y conseguir.

Muchas comunidades tienen, algo llamado “Centros de Salud Calificados Federadas (FQHC, por sus siglas en inglés) que son clínicas financiadas por el gobierno federal.» Estos centros de salud federales calificados, están destinados a trabajadores de bajos ingresos y para los que no cuentan con seguros de salud. Y hay un sitio web del gobierno federal[ENG]  para encontrarlos. Quienes califiquen pueden obtener un tratamiento profesional que puedan pagar.

«Hay muchas personas como yo, que no son diagnosticadas.»

—Bell

«Los centros de salud mental de las comunidades locales en todo el país, suelen tener una parte de su financiación dedicada a las personas que no tienen seguro», dice. Y muchas comunidades tienen una línea directa de servicios humanos locales. «Aquí en Broward, FL tenemos el 211, [una línea directa] en la que puede obtener referencias e información para cualquier necesidad, y eso reduce una gran cantidad de trámites burocráticos».

Las universidades locales, las iglesias, y también los centros comunitarios, pueden ser puntos de partida para encontrar recursos. En el aspecto financiero del problema, hay ayuda gratuita en forma de consejería crediticia. Puede hablar con un profesional de una agencia de consejería de crédito sin fines de lucro para que le aconseje sobre su situación, pudiendo ser elegible para muchas opciones que pueden ayudarlo a recuperar su deuda y recuperar su vida.

Haga lo que haga, Bell advierte, no ignore sus problemas. Pida ayuda.

«Después de haber sido diagnosticado, fue surrealista mirar atrás en mis decisiones y todo lo que estaba haciendo. Ahora puedo ver una correlación entre las decisiones que tomé, tales como, ignorar mis préstamos: muchas de esas cosas se volvieron menos sobre mí y mucho más sobre un patrón que puede venir con una enfermedad mental,» dice.

«Eso fue empoderador y un poco desalentador, porque todos quieren pensar que están a cargo de su propia vida. Pero hay muchas personas como yo, que no son diagnosticadas, y hay muchas cosas que pueden arruinarnos.”

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