¿Qué tienen en común los funerales y las bodas? Son caros y emotivos. Yo planifiqué ambos con seis meses de diferencia. Esto es lo que aprendí.
El día después de la muerte de mi abuela, me senté con mi familia alrededor de una mesa de conferencias en una funeraria del sur de Florida. Hojeamos una “lista general de precios” de 16 páginas que iba de lo asequible ($200 por liberar mariposas) a lo extravagante ($2,200 por un carruaje con caballos).
Como periodista financiero, pensé que todo era ridículo. Pero mi madre, mi padre y mi tío escucharon atentamente cómo podían añadir un bufé e invitar a 50 personas a la funeraria para un servicio que mi abuela nunca quiso. Por eso el promedio de costo de un funeral oscila entre $7,000 y $10,000 [ENG], según la web de información sobre servicios funerarios Parting.
Los familiares están dispuestos a pagar e incluso endeudarse por los funerales, porque están sufriendo la pérdida de un ser querido y no piensan racionalmente.
“Se trata de un acontecimiento que tiene un significado emocional para la familia, como una boda, con la diferencia de que no es una ocasión feliz”, afirma Joshua Slocum, director ejecutivo de la Funeral Consumers Alliance. “Olvidamos que el interés de un director de funeraria no es nuestro bienestar emocional, es su sustento de vida”.
Como alguien que planificó un funeral y una boda en el mismo año, esto es lo que aprendí sobre eso de “hasta la muerte”…
Contemple su propia mortalidad
¿Cómo quiere dejar este mundo? Mi abuela murió en casa de mis padres. Sólo dos semanas antes de su muerte, la hospitalizaron y le diagnosticaron un cáncer de pulmón en etapa 4.
Ella detestaba la idea de morir en el hospital. Mis padres la trajeron a casa sabiendo que no tenían cama de hospital ni experiencia en el campo de la medicina. No era rica y no podía permitirse cuidados de larga duración.
Los problemas empezaron el día que llegó a casa: Se caía de la cama, se vomitaba encima todas las comidas y no tenía fuerzas para ir al baño.
Al cabo de cuatro días, mi madre le llevó una taza de té por la mañana y la encontró inconsciente, desnuda, boca abajo en el suelo. Para colmo, permaneció allí durante horas mientras esperábamos a que un médico firmara su certificado de defunción para que una funeraria cercana pudiera recoger su cuerpo.
Lo que me pasó a mí: Al día siguiente fuimos a la funeraria para hablar de cómo tratar con sus restos. Era la misma que se ocupó de mi abuelo cuando murió dos años antes. Abuela quería la misma cremación. Después de la muerte de mi abuelo, ella compró un seguro de vida por el mismo importe, pensando que cubriría los gastos. Fue entonces cuando mi familia y yo aprendimos una lección inquietante.
La directora de la funeraria nos presupuestó $700 más que el servicio de mi abuelo. Nos explicó que el costo de un funeral, sus precios, cambian con frecuencia. La ley no obliga a las funerarias a publicar los precios en Internet, en una época en la que la mayoría de la gente compara precios antes de tomar una desición.
Reunirse en persona o hablar por teléfono hace que regatear sea más difícil. Mi familia llamó al primer sitio que conocíamos mientras lidiábamos con la presión del tiempo que tenía el cadáver de mi abuela en la casa.
Lo que debería hacer: Planificar con antelación. Por morboso que sea, contemple su propia mortalidad. La muerte y los impuestos son las únicas certezas de la vida. Piense en todo, desde cómo va a retirar el cadáver hasta si desea un entierro o una cremación.
Compare precios. Un funeral debe ser igual que cualquier otra compra importante, como un auto, muebles o electrodomésticos. Las funerarias tienen competidores y puede que haya una oferta mejor en otro sitio.
“Comparamos precios de iPhones, tasas de interés de tarjetas de crédito y contratistas domésticos, pero tendemos a no hacerlo con el costo de un funeral”, afirma Slocum, trabajador del sector funerario. “Y las funerarias saben que uno no va a comparar precios”.
La ley no obliga a las funerarias a publicar sus precios en Internet, dice Slocum, lo que dificulta que los clientes puedan comparar precios.
Recomienda llamar o enviar un correo electrónico a varias funerarias cercanas solicitando un listado de precios para comparar.
Evite las tácticas de venta
Recuerdo la funeraria como si fuera una extraña tienda al detal. Hay una sala de exposición, parecida a una tienda de electrodomésticos o a un concesionario de autos. Había una fila de ataúdes, todos con precios diferentes: El sedán moderadamente asequible (madera contrachapada cubierta de tela) hasta el Cadillac de los ataúdes (bronce macizo) con toda la parafernalia.
El director de la funeraria utilizaba frases como “despedir a mi abuela con dignidad”. Por inocente y entrañable que pueda sonar, era intencionado para una venta, dice Slocum.
No había dignidad en la forma en que mi madre encontró a mi abuela. Sólo le hizo sentir culpa y vergüenza. Slocum me dijo: “Es fácil persuadir a la gente en duelo para que haga cosas que normalmente no haría”.
Lo que me pasó a mí: La directora de la funeraria con la que trató mi familia era insistente y apenas se tomó tiempo para explicarnos nada. Varias veces abandonó la sala diciendo: “Tengo otra familia de la que ocuparme”. Nos ofreció café en vasos de poliestireno. Habíamos gastado miles de dólares en su negocio. Quizá no pudiéramos comprar su tiempo, pero al menos podían ofrecernos un café decente.
Pero como me dijo Slocum: “Es un trabajo de ventas, ¿no?”.
Lo que debería hacer: Cíñase al plan. Si su ser querido quería algo extravagante, hágalo. Pero entienda que el director de la funeraria dirige un negocio, y cualquier añadido a la factura sólo lo beneficiará a ellos.
“Un director de funeraria paga su hipoteca en función de lo que usted gaste en el ataúd”, dice Slocum. “No puede demostrarles a sus muertos cuánto los quiere por lo que gasta en ellos. Es una tontería materialista. Pero somos vulnerables a ella porque vivimos en una sociedad materialista”.
Evite los préstamos y las tarjetas de crédito para pagarlo
Mi abuela tenía un seguro de vida. Ya nos habíamos enterado de que no era suficiente para cubrir todos los gastos de su cremación y el costo de su funeral. También supimos que no estaba asignado a una funeraria concreta.
Siempre tuve la sensación de que mi abuela sabía que se estaba muriendo seis meses antes de que se lo diagnosticaran. Fue justo cuando me casé. Al ver las fotos y el vídeo de mi boda, era evidente que estaba débil.
Creo firmemente que empezó a planificar el final y abrió una póliza de seguro de vida. Era una señora italiana testaruda. Sé que no quería volver a someterse a un tratamiento de quimioterapia y probablemente ocultó su enfermedad para que la compañía de seguros no se la negara.
Con todos los pasos que dio, supongo que pasó por alto el hecho de que hay que asignar una funeraria a la póliza. Es algo que yo ni siquiera sabía hasta que hablé con Slocum más tarde. Aquí hay un formulario de New York Life [ENG], la misma compañía de seguros que ella utilizó.
Lo que me pasó a mí: La funeraria quería el pago antes de brindar cualquier servicio. Recuerdo a mi padre y a mi tío discutiendo con la directora de la funeraria. Ella insistía en que teníamos que pagar por adelantado antes de cremar su cuerpo. New York Life se lo reembolsaría a mi padre una vez que se liquidara la póliza.
No teníamos dinero. Fue entonces cuando la funeraria nos ofreció una extraña solución de la que nunca había oído hablar: un préstamo funerario. Según Funeralwise.com [ENG], los préstamos para funerales suelen tener tasas de interés muy altos.
“Los préstamos para funerales son absolutamente abusivos”, afirma Slocum. “Normalmente, las personas con buen crédito no son de las que necesitan pedir un préstamo en una funeraria, ¿verdad?”.
Y tenía razón. Mi padre no tenía buen crédito, pero tenía una tarjeta de crédito. La cargó allí y nos fuimos, yo personalmente con la sensación de necesitar una ducha.
Lo que debería hacer: Si quiere que su familia tenga un funeral, compre una póliza de seguro de vida y actualícela con el tiempo a medida que aumenten los precios. Muchas compañías de seguros de vida ofrecen seguros funerarios necesarios o seguros de entierro para proteger a su familia de tener que cargar con la factura del costo de un funeral. Los gastos funerarios aumentan cada año a medida que la gente vive más. El seguro de sepelio pagará los gastos funerarios a un amigo o familiar designado.
El seguro funerario necesario se suele asignar a una funeraria de su elección para servicios preseleccionados.
No tema a la muerte: hable de ella
No necesita llevar a cabo un funeral. Dígale a su familia que creme su cuerpo y organice una fiesta en casa de un familiar.
Mi familia organizó una fiesta de “fin de vida” para mi abuela en mi vecindario. Nos ahorramos $2,850 y nadie tuvo que mirar una urna vacía, con mala comida en una funeraria vieja y con olor a moho.
Y hay otras opciones si no puede permitirse una cremación o el costo de un funeral.
Aunque el gobierno de EE.UU. no registra el número exacto, los investigadores calculan que unas 20,000 personas donan sus cuerpos a la ciencia cada año. Está claro que esta opción no es para todo el mundo, pero los centros médicos se encargan de los servicios de cremación.
Al fin y al cabo, Slocum me dijo que debemos aceptar la muerte. Hablar de ella y planificarla para que nuestros seres queridos sufran un poco menos cuando llegue el momento.
“Las familias en EE.UU. están muy alejadas de la realidad en el proceso de la muerte, estamos totalmente aterrorizados. Tenemos una patología completa en nuestras cabezas sobre cómo afrontar la muerte”, dijo Slocum. “Por eso hemos entregado nuestros muertos a una industria comercial. Nos están vendiendo el dolor en forma de producto”.
Publicado por Debt.com, LLC