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Cómo llevar a cabo un funeral por menos de $200


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¿Cuál es la forma más barata de planificar un funeral? No hacer ninguno.

Lo digo completamente en serio. El director de una funeraria, Jeff Jorgenson, me contó este secreto mientras hablábamos para otro artículo de Debt.com sobre formas de evitar las deudas de un funeral.

El negocio estadounidense de las funerarias es una industria de $20,000 millones [ENG]. Y Jorgenson me dice que la mayor parte del dinero proviene de una sociedad asustada por la idea de la muerte.

Él no se queja y no presiona a los clientes para que gasten dinero en algo que no están dispuestos a hacer. Jorgenson me habló de una familia a la que ayudó a gastar menos de $200 cuando murió su hija.

Era una enferma terminal de 37 años. La mujer investigó toda la legalidad de su muerte y entierro en Portland, Oregon, y se enteró de que lo único que realmente necesitaba era un certificado de defunción.

Jorgenson recuerda que ella no tuvo tiempo de temer a su mortalidad porque ya se estaba enfrentando a ella, y ahorró una gran cantidad de dinero con peticiones muy específicas y casi escandalosas.

«Hago mi dinero simplemente porque estoy en el negocio de la muerte», me dijo Jorgenson. «La muerte es incómoda y yo la hago menos incómoda. Hay algunos de nosotros [directores de funerarias] en todo el país que estamos dispuestos a ayudar a las familias a averiguar cómo hacer lo que funciona para ellos. Pero para eso hay que investigar. Hay que llamar a las funerarias de la zona y averiguar quién está dispuesto a atender a los locos, locos según nuestros términos, no locos según los términos de un médico».

Otras funerarias le habían presupuestado entre $1,500 y $3,000 por presentar un certificado de defunción. Jorgenson me mostró un permiso por $175 y «casi se sintió culpable por aceptarlo».

Aquí tiene una guía paso a paso para ahorrar dinero en un funeral, si se anima. Pero si la idea de la muerte le da escalofríos, deje de leer ahora.

1. Mantenga el cuerpo en hielo

Mi abuela había muerto poco antes de mi llamada a Jorgenson. Mi motivo inicial fue que la funeraria a la que la llevamos nos cobró unas cantidades de dinero, en mi opinión, escandalosas.

Hablamos de cómo ahorrar dinero en un funeral y le pregunté si una familia realmente necesita recurrir a una funeraria. Su respuesta me agarró desprevenido, pero se me ha quedado grabada.

«Técnicamente no», respondió. «En todos los estados que conozco -aunque no puedo hablar de todas las legislaciones del país-, la mayoría le permiten actuar como director de la funeraria. El problema es que, efectivamente, no hay forma de que una familia presente un certificado de defunción».

Ese certificado acredita la causa de la muerte, la hora y el lugar del fallecimiento. Para los propósitos de este artículo básicamente, prueba que usted no asesinó a su familiar. Porque Jorgenson dice que puede literalmente refrigerar a su familiar muerto en casa.

«En teoría, los pone en el sofá con un hielo seco debajo y los mantiene allí durante días mientras intenta averiguar a qué cementerio llevarlos», dijo Jorgenson. «Luego lo lleva al cementerio y lo entierra».

2. Vestirlos en casa

Miré después la «lista general de precios» de la funeraria. Algunos de los cargos eran tan extraños para mí, pero en retrospectiva tienen sentido porque yo no iba a realizar ninguno de ellos.

Estos precios son de 2018, y es probable que hayan aumentado desde entonces….

  • Ropa interior: $25
  • Ropa: Desde $175, «desde» implica que ese no es el precio final.
  • Recuerdos con la huella digital: Desde $125, este lo tuve que buscar en Google: Un tipo de joya que tiene el cadáver.
  • Mortaja funeraria: $150

… y la lista continúa. Hubo un momento en que los costos de estas tonterías me enfadaron.

Después de hablar con Jorgenson lo entendí mejor. No es que las funerarias nos estén timando o estafando. Prestan un servicio para ayudarnos a llorar la muerte. No es culpa del director de la funeraria que no podamos manejar la muerte. Ellos sí pueden, y les pagan bien por hacerlo.

Así que, si quiere, esto es lo que Jorgenson me dijo que esa familia hizo por su hija:

«Ella quería que la vistieran y bañaran en casa», dijo Jorgenson.

3. Despedirse en casa

La mayoría de los funerales a los que he ido son raros. La gente viene todo el día a «presentar sus respetos» al cadáver. Se ponen ropa bonita, conducen hasta la funeraria, contemplan el cadáver y lloran. Pero si así es como lloramos las personas, ¿por qué tenemos que hacerlo en la funeraria?

En realidad, sólo porque es socialmente aceptable.

Es interesante porque mis padres encontraron a mi abuela muerta en el suelo. No es como si la casa fuera a estar más contaminada por un cadáver que eso.

Podrían haber tenido todas las mismas tradiciones funerarias en su casa, dijo Jorgenson. Fue bastante franco al explicar por qué existe su sector y yo respeté su franqueza.

«Si volvemos a tu situación, a lo que sentían y a lo que sabían en aquel momento, es imposible», dijo Jorgenson. «Eso, efectivamente, no era una opción».

4. Llevar el cuerpo uno mismo

Recuerdo estar esperando con mi familia para que recojan el cuerpo de mi abuela en casa de mis padres. Dos jóvenes trajeados llegaron en una furgoneta Ford Cargo gris.

Se pusieron guantes negros, sacaron una camilla de la parte trasera y entraron a la casa. Después de echar una sábana blanca sobre el cuerpo, bajaron la camilla, se la pusieron y la sacaron rodando mientras asentían con la cabeza y se lamentaban por nuestra pérdida.

Fue uno de esos momentos deslucidos en los que uno ve lo que ocurre tras bastidores. Disculpen por esta horrible elección de palabras, «ve cómo se bate el cobre».

Jorgenson me dijo que podría haberlo hecho si hubiera querido. De hecho, habría ahorrado $500 a mi familia. Eso es lo que cobraba la funeraria por «recoger y trasladar los restos a la funeraria (en un radio de 20 millas)».

«Hay mucho que investigar y mucho que planificar. Y tienes que querer involucrarte en el proceso», dijo Jorgenson. «Puedes encontrar una funeraria que esté dispuesta solo a presentar el certificado de defunción, y luego usted hacer todo el transporte».

5. Cavar un hoyo y arrojar el cuerpo

Esta es la parte en la que hay un gasto extra que debe planificarse. Hasta que volví a escuchar nuestra conversación no me quedó del todo claro que él nunca vendió una parcela para el entierro a esta mujer y su familia. Ella lo compró por separado.

Algunas familias tienen parcelas familiares compradas en cementerios, con años, e incluso décadas de antelación. Si un director de funeraria autorizado como Jorgenson presenta el certificado de defunción ante el estado, usted está en su derecho legal de enterrar el cuerpo en un cementerio.

Mencionó algunos estados rurales como Dakota del Sur, donde pensaba enterrar a su propio padre en una propiedad familiar.

¿Es dramática esta conversación? Claro, pero es cierta y hay lecciones que aprender. Usted paga a una funeraria para que le preste estos servicios. Puede comparar funerarias como si fueran al mecánico y rechazar recomendaciones.

Es una simple transacción comercial y sólo su dolor le hará gastar más de lo necesario.

La lección de Jorgenson para todos es cambiar la conversación sobre la muerte. No hay nada que temer. Debemos hablar de ella y planificarla.

«Puede investigar sobre la muerte todo el día, pero eso no significa que vaya a ocurrir hoy», dijo Jorgenson. «Puede investigar sobre los 401(k)s. No va a sacar nada de ellos si nunca pone un dólar en ellos. A diferencia de su 401(k), sabemos que la muerte va a suceder. Así que es mejor tener las cosas planeadas. Si le incomoda, es su problema».

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