Los expertos dicen que hay una relación definida entre la deuda y la depresión. Sin embargo, no nos gusta hablar de ninguna de las dos
Hace dos años, Kelsey Bell tuvo un ataque de pánico en su automóvil en algún lugar de la Interestatal 55 fuera de Chicago. «¿Por qué me siento así? ¿Qué pasa conmigo?», se preguntó sintiéndose como si estuviera sofocada. Una ambulancia la llevó al hospital más cercano. Poco después, fue diagnosticada con trastorno bipolar.
Una señal de que ella no estaba bien era cómo manejaba el dinero.
“Estuve gastando mucho en festivales de música y conciertos, así fue como vi amigos en todo el país y pude encontrar un tema general en mi vida”, recuerda Bell.
Pero los gastos y la ansiedad que surgió se acumularon. Ella no estaba avanzando y la felicidad no duró. Recordemos que las deudas tienen el efecto bola de nieve y al acumularse junto a los intereses, el problema crece rápidamente.
Si estos problemas no fuesen un tabú, personas como Bell no tendrían la inseguridad de pedir ayuda médica y financiera.
Mire la relación que existe entre el estrés y la enfermedad mental por ser un tema del cual no se habla abiertamente.
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